sábado, 10 de febrero de 2018

Con dudas

Dudas sobre si uno lo estará haciendo bien en la vida, principalmente. ¿Y quién decide qué está bien y qué está mal? Pues, tratándose del este tema en cuestión, entiendo que el primero; yo mismo. Y después, todos los que me rodean, con mayor o menos cercanía.

Empezando por mí, creo que para saber si voy por un camino correcto, deberé plantearme antes qué es un camino correcto. Deberé saber qué es eso de estar haciéndolo bien en la vida. Creo que no hay un concepto universal para ello y que las dudas, por tanto, están fundadas por las pocas posibilidades de encontrar una respuesta válida.
Intuyo que también influye un factor importante para responder como es el contexto en el que se ha movido y se mueve mi vida, ya que eso también condiciona mi manera de pensar y de actuar. Y sobre todo, condiciona mi personalidad, ya que, en mi caso, ese contexto ha modificado mucho mi forma de ser.

Una de las cosas que aporta la edad y el paso del tiempo, es que vas acumulando una muestra válida para empezar a hacer valoraciones. Se podría decir que, en números gordos, uno ya ha vivido la mitad de su vida.El mero hecho de llegar a hacerme una reflexión así acojona. Sobre todo cuando sigues viéndote como en los años de estudiante y no piensas que ya han pasado muchas cosas desde entonces. Por otro lado, esa muestra acumula una serie de vivencias que, en mayor o menor medida, te han ido dando forma como persona y han ido definiendo el concepto de lo que tú eres a día de hoy. Me gusta pensar que es como la mesa de la cocina en casa de tus padres que ha visto pasar tantas historias y que en sus marcas, manchas y desperfectos, definen algo común a todos los que se han sentado alguna vez a ella.

Mis dudas, en este caso, vienen ahora por saber, como indicaba al principio, si el camino que llevo lleva a algún sitio positivo. Y luego viene la pregunta de si es más importante el destino o el trayecto. Yo creo que ambas cosas en su justa medida. Pensar en lo que has vivido hasta ahora y en lo que le queda a uno por pasar es triste (por no poder repetir lo bueno), reconfortante (por poder dejar atrás lo malo) e interesante (por saber lo que está por venir). 
Estas dudas han aparecido hace poco porque he estado pensando en esas cosas vividas que han ido cambiando mi forma de ser, fundamentalmente, a peor, y pienso con mayor frecuencia en el concepto que tienen de mí los que me rodean, sobre todo los que más me importan, y qué recuerdo dejaré el día que no esté. Y en ese recuerdo va todo, no solo lo más reciente, sino todo lo que uno es capaz de abarcar con la memoria, como los recuerdos que uno tiene de esos grandes momentos con sus abuelos durante la niñez hasta el día en que toca despedirse. Son de largo recorrido. Y yo creo que no sean como estas reflexiones, sino de muy buena calidad. De piel- piel, como las chaquetas buenas de antaño.

Pienso en los errores que cometo por mi tozudez, por mi manera desenfocada de ver las cosas, por intentar actuar de manera coherente cayendo constantemente en incoherencias, en que mis cagadas puedan ofender y molestar a los demás, en que les genere pena por ello y en arrepentirme tarde de no haberme dado cuenta de que determinadas decisiones llevaban a destinos no muy buenos.

Me puedo justificar diciendo que todos la cagamos, pero es que a mí se me queda corto ese argumento, porque cuando intentas seguir el lema de intentar llevar una vida lo más coherente posible sin que sea a costa de los demás, vas a cometer errores que, en ocasiones, afectarán a los que te rodean.

Un día me gustaría sentarme con todos los que creen que alguna vez me he equivocado con ellos en algo (con algunos ya lo he hecho) y ver dónde reside la base de esas diferencias, para saber si puedo corregirlas o simplemente debo convivir con ello e intentar no cagarla la próxima vez.
La verdad es que es jodido tener una responsabilidad tan grande como ser una buena persona. Más aún si  tienes la capacidad de que lo que hagas o digas, provoque un cambio, por pequeño que sea, en alguien de tu alrededor.


A grandes planes, grandes decepciones. Todo reside en saber gestionar durante el camino de la mejor manera posible. Pero eso no se enseña… 

No hay comentarios: