sábado, 1 de noviembre de 2014

El ánimo

"Cerró los ojos por un momento. Aún podía ver las llamas del coche junto al restaurante. Disparos en el aeropuerto, un hombre asesinado, un coche bomba... Tenia miedo. Era evidente. La muerte era para él una fuente de pánico irremediable con la que llevaba años luchando. Su propia muerte le asustaba tanto o más como las que a diario veía en los informativos o en los periódicos. Quería hacer un sinfín de cosas. Emplear su vida en algo que le reportara satisfacción. Aprovechar el tiempo que le habían concedido y disfrutarlo al máximo para que, una vez en su cama, rodeado de los que más quería, pudiera despedirse de ellos mirándolos fijamente los ojos y sonriendo. La tranquilidad de una vida dedicada a él mismo y a los que le rodeaban. La felicidad de haber sido querido y haber amado sin esperar nada a cambio. Recordar lo vivido y decirse a sí mismo; enhorabuena, has sabido aprovechar tu oportunidad. Has sido feliz y has hecho feliz. Ahora puedes descansar en paz." 

Es curioso. Todos podemos cambiar. Nuestro mundo puede dar giros y giros, vuelcos y vueltas, pero, me he puesto a leer estas líneas de algo que empecé a escribir hace mucho y que siempre está rondándome la memoria, y he sonreído. Sé que no seré capaz de terminarlo nunca, pero me gusta pensar en las sensaciones y en todo lo que me rodeó cuando lo escribí. 

Y, lo que más me gusta es pensar que, aunque esa idea está puesta en la boca de uno de los personajes de esa novela iniciada y nunca acabada, sé que esa idea es mía, que no es algo abstracto puesto en la mente de otro, sino que es mi pensamiento... y que sigue siendo mi objetivo al final del camino. Haber hecho bien los deberes y que, al final, el balance de todo, sea positivo para todos aquellos que estuvieron conmigo. Imposible agradar a todos, pero impensable no hacerlo con los que más quieres. 

 Seguimos intentando que el camino recorrido, nos lleve un día a echar la vista a atrás con esa sonrisa en la boca. Ahora, el camino se ha puesto cuesta arriba, falta el ánimo en ocasiones y la boca sabe a veces amarga, pero la idea sigue siendo la misma. Y ese es el motor que todo lo mueve.

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